viernes, 13 de noviembre de 2015

Consejos para crear apodos (tanto para uno mismo como para otros)

Si hay algún neófito que nunca haya entrado a mi blog y ésta es, por algún casual, la primera entrada escrita por mí que jamás ha leído, me veo en la obligación de ponerle en contexto: Éste lugar que ves aquí fue creado en el 2012 con el objetivo de liberarme de aquellas cosas que pasaban en mi vida. Y claro, hay muchas veces que en ésta sociedad donde la barrera entre la corrección política y la censura es prácticamente inexistente. Mucha gente puede sentirse ofendida si hablas abiertamente sobre ella, sobre cualquier tema que le toque directa o indirectamente e, incluso, si siquiera haces mención a sus nombres. En mi caso yo vivo bajo un lema que es el siguiente: "El que se pica, ajos come". No sé ustedes, pero por mi experiencia propia es como son las cosas. Pero como soy totalmente consciente de que el mundo no piensa igual que yo y como lo más conveniente para todos es evitarse cualquier tipo de problema legal, quiero hablarles sobre el noble arte del sobrenombre.

No les voy a dar pasos a seguir ni les voy a dar una fórmula única para encontrar los mejores apodos, éso depende del arte de cada uno (aparte, ¿me ven a mí con cara de Paulo Coelho?). Sin embargo, conviene mucho tener en cuenta ciertos factores para encontrar un apodo trabajado con el que quedemos satisfechos. Partiendo de tres ejemplos míos (Marco Antonio Di Forelli, Joshy Pig y Miércoles), voy a darles unos pequeños consejos para conseguir que un mote sea reconocido al instante, impactante y duradero.

  • Observa. Ya sea contigo mismo o con los demás, darte cuenta de su idiosincrasia particular puede ayudarte mucho a la hora de encontrar un seudónimo. Cualquier cosa vale, desde el más mínimo rasgo de su aspecto físico (en el caso de Joshy Pig, su nariz tiene una forma muy porcina) hasta un completo esquema psicológico (Miércoles lo odia todo). También puede servir elementos externos a ella como su casa, su familia... La imaginación es el límite.
  • Aumenta tu cultura popular y general. En la zona donde vivo (la zona noroeste de Gran Canaria), la mayoría de los motes suenan ridículos y vienen de simples experiencias que son humillantes para los que los reciben la mayoría de las veces. Sea cual sea el motivo por el que has decidido rebautizar a una persona, trata de que no sea ofensivo... O al menos, no veladamente. Tanto para evitar eso como para hacer lo propio con esos motes barriobajeros genéricos de los que estoy hasta el condensador de fluzo, conviene enriquecer nuestra mente. Leer, ver películas, navegar por las redes con el simple objetivo de alimentar nuestro conocimiento. Cualquier cosa que te haga salir de cosas como el Titi, el Wosu o cualquier mierda de ésas (el apellido Forelli viene de la saga Grand Theft Auto, Joshy Pig proviene tanto de la serie de animación Peppa Pig como del dinosaurio Yoshi y Miércoles de las películas de La Familia Addams).
  • No los fuerces. Deja que vengan solos. En mi caso, mi apodo me vino a la cabeza instantáneamente debido a que por aquél entonces tenía en Facebook a un individuo llamado Tommy Vercetti Forelli y recuerdo que el apellido Forelli se me quedó grabado tan a fuego en la mente que fue lo primero que salió al hacer la cuenta desde la que les escribo hoy día. Los mejores inventos nacen a través del accidente. Y si no, que se lo digan al que inventó los rayos X.
  • Trata de no ser demasiado evidente. La mejor forma de evitar los problemas legales (en caso de que no sea una persona con la que te lleves bien) es sostener un apodo bajo múltiples pilares ocultos. Mostrar todas las cartas al público te puede acarrear más de un disgusto, a pesar de que yo mismo sea partidario de hacer las cosas así. Dicho ésto, trata de que los dichetes que pongas no sólo sean discretos a la par que llamativos (cosa harto difícil, he de admitir), sino que no se basen en una sola faceta. Una buena casa se vendrá abajo si no tiene buenos pilares.
  • Asegúrate de que el apodo tenga fuerza. Ésto sólo lo podrás saber a través del método de ensayo y error. En mi caso, tuve suerte de que Forelli fuera un nombre lo suficientemente esplendoroso como para no tener que hacerle ninguna modificación en estos tres años que llevo esgrimiéndolo. Otras veces tendrás que exprimirte la cabeza, pero ya verás que el trabajo duro da sus frutos.
Visto ya los puntos, y con el objetivo de ilustrar cómo se aplican mis consejos a los nombres que invento, voy a dar una visión esquematizada de cómo uno o más de los consejos (no siempre se aplicarán todos) a los tres que he mencionado en ésta entrada por orden de creación:

  • Marco Antonio Di Forelli, el primero de todos. 
    • La observación fue un elemento fundamental, pues el apellido viene de un usuario de FaceBook anteriormente mencionado.
    • Más tarde, averigué que los Forelli son una mafia italoamericana de los GTA, por lo que queda más que patente que la cultura popular y/o general se aplican.
    • La comparación vino en un momento en el que necesitaba un nombre para crear una cuenta en la que fuera mayor de dieciocho.
    • El apodo demostró tener tanta fuerza como para seguir siendo usado tres años después como si fuera mi nombre o incluso más.
  • Joshy Pig.
    • Era mi mejor amiga desde el colegio, por lo que tuve tiempo más que suficiente para observar.
    • Era fan de Yoshi (la mascota de Super Mario) y por aquél entonces la serie de Peppa Pig estaba de moda.
    • En algún momento, mi cerebro hizo la conjunción. Después de realizar el logo, todo fue solo.
    • El que no sabe qué hay detrás del mote, sólo verá un photoshop barato de un pive de 16 años. Para los que saben la historia, hay toda una simbología detrás.
    • No fue el primero que tuvo, pero se ha quedado de tal forma entre mis congéneres que incluso gente que anteriormente estaba a su alrededor le ha llegado a llamar así accidentalmente en mi presencia.
  • Miércoles.
    • Desde un primer momento la tenía más que observada.
    • La comparación con Miércoles Addams, la hija mayor de la Familia Addams, siempre estuvo ahí y era demasiado perfecta como para dejarla pasar.
    • Hay varias razones por las que ése nombre le viene que ni pintado.
    • Anteriormente le apliqué un nombre que nadie entendía. Ahora con éste parece ser que la cosa es distinta. El tiempo dirá.
Ésto es todo lo que puedo aportarles buenamente. Espero que sea suficiente y que, a partir de ahora, consigan un mejor resultado a la hora de hacer alegorías con la gente. Para cualquier duda, tienen la caja de comentarios. No tardaré nada en ver el mensaje y contestarlo.

Buenos días y hasta más ver, que son señas de volver.

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