jueves, 23 de octubre de 2014

The Voice Of Lyrics Nº 29: Carta a Dios (O a quien coño sea)

A cualquier ser supremo, ente galáctico o fuerza sideral que rija el universo (en caso de que existas):

Soy un ser humano de los miles de millones que habitan este planeta. Te escribo desde Gran Canaria, una isla perteneciente al archipiélago canario, uno de los más explotados, colonizados e infravalorados del primer mundo. No estoy seguro de que existas. Por tanto, si estás leyendo ésto, es porque existes. Si no, tampoco se pierde nada. Al menos me paso un buen rato filosofando y escribiendo, actividades que me gozo bastante en solitario y muchísimo más si practico ambas al mismo tiempo. Aclarado ésto, empiezo la carta.

Muchas veces tengo dudas sobre tí. Una de ellas es, como ya habrás podido ver, si existes o no. Los Homo Sapiens se han estado matando entre ellos durante mucho tiempo (e incluso a día de hoy siguen haciéndolo) por si existes o no y de parte de qué gente estás. Las opiniones al respecto están bastante divididas: Unos dicen que existes y te llamas Dios, o Jesucristo, o Yavé, o Alá. Otros dicen que no existes pero en realidad lo que hacen es tratarte como a un concepto y no como a un ser (por cierto, te llaman Ciencia). No voy a marearte con los matices y variaciones que hay de uno u otro bando porque no tengo tiempo para eso y no creo que sea totalmente necesario para expresar lo que quiero en ésta carta que, si existes, supongo que estarás leyendo por un casual. La cuestión es la siguiente: Soy demasiado grande y retorcido para creer en unos estafadores sin escrúpulos que matan, roban y violan en tu nombre desde hace milenios, pero también pienso que éste mundo está lleno de posibilidades y que todo es posible, por muy descabellado que pueda parecer. Por tanto no se puede decir que crea en tí (o ustedes, pues pueden ser más de uno), pero tampoco que no lo haga. Es así, por tanto, que mucha gente puede llamarme agnóstico, aunque yo personalmente no me hago llamar tal cosa. Simplemente pienso que es absurdo que la gente se mate en guerras sin sentido por algo de lo que no están seguros siquiera.

Deja que te haga una pregunta: Si de verdad existes... ¿Por qué dejas que pasen ésas cosas? ¿Por qué dejas que manchen tu nombre y tu legado por un puñado de dólares? No sé yo, pero si nos creaste, supongo que tienes que tener algo de sentimiento paternal. Una vez escuché una interesante teoría que se supone que responde a lo que te estoy preguntando: decía que Dios nos dejaba que cometiéramos fallos para que nosotros mismos aprendiéramos de ellos, como un padre que deja que su hijo se pegue de hostias con el Skate para que así aprenda a montarlo. Eso está bien cuando sabes que el niño es listo y aprenderá solo, pero no cuando el niño es tan retrasado que se está matando a sí mismo cada vez que intenta subirse al Sancheski. La cosa es... ¿No crees que ya es hora de, más que sea, mostrarte para acabar con todos esos problemas? ¿O es que acaso disfrutas con el dolor, la guerra y el sufrimiento? O peor aún, ¿no te importa un carajo lo que hagan tus creaciones? La verdad, yo preferiría creer que no eres tan capullo, pues decepcionarías a mucha gente. A mí ya ves, me la viene a traer un poco al pairo, pero gente que de verdad cree en tí empezaría a hacer cosas malas como matar a una persona, descuartizarla y violar lo que quede del cadaver. Quizás a tí te dé igual, pero a los que vivimos aquí abajo nos supondría una molestia bien gorda.

Si bien no puedo estar seguro de tu existencia, lo estoy al cien por cien de que no creo en ninguna Iglesia. Al menos, en ninguna donde los principios originales de respeto al prójimo han sido violadas hasta el punto de convertirse en xenofobia, homofobia y demás eufemismos que usamos aquí para referirnos a los ignorantes que no son capaces de respetar para ser respetados. No puedo apoyar a una supuesta agrupación espiritual sin ánimo de lucro que posea tantas riquezas y que no sea capaz de donar nada mientras le va diciendo a los creyentes que han de ser solidarios con los que menos tienen. Y como sé perfectamente que una figura puede malinterpretarse sin que el autor de la misma tenga culpa alguna (véase el Übermensch de Nietzsche y la posterior interpretación que hicieron los nazis para justificar su odio a todo aquél que no fuera de la raza aria), creo que puede existir un dios y puedo, a su vez, pasar olímpicamente de sus "supuestos" representantes. Es por eso que no me he cegado como han hecho muchos de los ateos a "no creer" y menos bajo el pretexto de que la Iglesia hace tal cosa o piensan de X forma, porque los ateos tambien pueden hacer eso sin estar sujetos a ningún credo o dogma religioso.

A lo que quiero llegar es a lo siguiente: Es posible que existas al igual que existe el ser humano, el águila calva o Sardina. Es posible, también, que no existas al igual que un policía hippie o la unidad de España. Si no hay pruebas físicas de tu existencia más que tu aparición en libros y películas al igual que con Superman o Sinestro, es muy lógico deducir que eres un personaje ficticio. Sin embargo, éste mundo ha probado ser bastante caprichoso y dado a las sorpresas. Por ello pienso que no hay que dar absolutamente nada por descartado, pero tampoco hacernos ilusiones. Aunque, pensándolo un poco, si yo fuera un Dios y veo que mi creación ha ido tan mal, intentaría hacer algo al respecto, pero bueno... No todos somos iguales, e imagino que tú serás distinto a mí. Sólo espero que, si lees esto, sepas que hay gente que se está muriendo por tu culpa y que alguien que permite eso durante tanto tiempo se merece todo el sudor que proviene de mis cojones.

Un saludo,

Marco Antonio Di Forelli

No hay comentarios:

Publicar un comentario